Un posible peligro para los caballos que están en cercados exteriores, en terrenos arenosos y que comen forraje directamente del suelo, es que ingieran pequeñas cantidades de arena.

Esta arena se puede ir depositando en el intestino de los caballos y por consiguiente puede ser causa de cólico.

Los signos de cólico leve debido a la acumulación de arena pueden ser: estirarse, disminución del apetito, y aumento del tiempo en decúbito. Los signos más graves de cólico se pueden observar cuando la arena obstruye completamente el colon o si se produce desplazamiento del mismo, secundario al peso de la arena.

Una forma de comprobar si nuestro caballo ingiere arena, es colocando una bola de estiércol en un pequeño envase y llenándolo de agua. Con un bastón se deshace removiéndolo en el agua y después se vierte la mezcla con cuidado, de manera que el sedimento se quede en el fondo. Si aparece arena, necesitaremos proceder a un tratamiento. Existe un producto en forma de pellets, llamado “Psyllium” (ó “Plántago Ovata”), que se administra fácilmente añadiéndolo al pienso del caballo y que favorece la rápida eliminación de la arena alojada en el sistema digestivo del caballo.

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El tratamiento para el cólico de arena puede ser difícil y costoso. Por lo tanto, tomar medidas preventivas para evitar los cólicos de arena es importante. Se debe evitar en lo posible mantener a los animales en superfícies excesivamente arenosas.

Esperamos haber sido de ayuda una vez más. Prevenir siempre es salud!!

Fuentes: Revista Caballo Sano de “Ecuestre”, www.equisan.com