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CUIDADOS DEL CASCO

Un caballo sin unos buenos cascos es un caballo inseguro, nervioso y desconfiado al andar.

El casco se divide principalmente en tres partes: La Pared, que crece desde la corona hacia abajo. La Suela es la parte cóncava que protege el casco de las lesiones, una zona muy sensible debido a la fina capa que presenta. Y por último la Ranilla, cuya función es la de amortiguar y evitar el deslizamiento del casco; un mecanismo que permite la contracción y extensión del casco al caminar.

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LIMPIEZA:

Es muy importante que la limpieza de los cascos del caballo se efectúe diariamente y especialmente antes de montar. Recuerde que si no se hace habitualmente, no notará cuando se inicie el desarrollo de un problema hasta que el caballo comience a cojear.

Hay que eliminar la suciedad desde el talón hasta la lumbre con un “limpiacascos”. La ranilla es una de las partes más sensibles de los cascos y la que demanda más atención porque en sus surcos colaterales se suelen incrustar piedras o elementos punzantes, además de ser el lugar donde reposan las bacterias, por lo que es un foco constante de infecciones en el caso de que no se limpien a menudo.

La limpieza del casco, su protección e hidratación, son fundamentales, así como una alimentación adecuada y una cama limpia y seca. Para ello existen distintos tipos de productos:

  • Endurecedor: Ideal para fortificar cascos blandos y evitar la pérdida prematura de la herradura.
  • Desinfectante: Para combatir talones agrietados, úlceras y otras infecciones del casco. Ayuda a aliviar la posible zona afectada y facilita una rápida recuperación.
  • Hidratante: Mantener la humedad en el casco es fundamental. Aplicando grasa habitualmente se consigue un casco elástico, evitando que se agriete y pierda humedad.
  • Complemento alimenticio: La biotina ayuda al buen estado de los cascos y el pelo.

Aparte de un buen cuidado, hacer ejercicio es muy importante para el desarrollo de un casco sano y de la articulación. La actividad favorece la circulación sanguínea, esencial para el transporte de los nutrientes necesarios para mantener el casco sano, elástico y en óptimas condiciones.

HERRAJE:

Los cascos del caballo crecen alrededor de 1 cm al mes. En estado natural, este crecimiento es proporcional al desgaste. Sin embargo, en el caballo doméstico, por las actividades que desarrollan, el desgaste es superior al crecimiento. Esto nos obliga a proteger sus uñas con herraduras. Pero esto debe ser una acción periódica para no perder el aplomo del caballo.

Colocar correctamente la herradura es muy importante, ya que va a ejercer el papel de suela, imprescindible a la hora de moverse. Las operaciones que comprende la aplicación de la herradura al casco deben de practicarse con sujeción a ciertas reglas e instrucciones derivadas del conocimiento anatómico, fisiológico y mecánico del pie.

Ningún caballo debería de exceder el máximo de ocho semanas sin herrar. Debemos tener en cuenta que si hay un exceso de crecimiento sin recorte, el equilibrio del casco se altera peligrosamente y, en el mejor de los casos, disminuye el tranco del caballo, su confort y su funcionamiento; en el peor, se causará un daño estructural permanente.

 

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2 comentarios sobre “CUIDADOS DEL CASCO”

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