1. – Los dientes son lo más duro que puede producir el cuerpo equino, con un total de 44 piezas.

2. – Los dientes se limpian masticando, aunque necesitan también del cuidado de un profesional, siendo recomendable su visita una vez al año.

Fotografía de: veterinariocaballo.com

3. – El cambio de los dientes de leche a los definitivos, comienza normalmente con dos años y medio, hasta los cinco años, cuando el caballo ya tiene su dentadura definitiva.

4. – Al pastar, la mandíbula se mueve más lateralmente que comiendo forraje y esto supone un desgaste ideal para los dientes, además de masticar el doble de veces pastando, que comiendo forraje.

5. – Síntomas de posibles enfermedades dentales que podemos detectar: mal olor en la boca, encías hinchadas y rojas, sudoración, pelaje apagado, bostezar repetidamente, más sensibilidad al tacto en las orejas…

6. – En caballos mayores, el espacio entre los dientes aumenta, quedando huecos que favorecen el desarrollo de enfermedades y dificultando el triturado de la comida.

7. – Las bolitas de heno escupidas, nos indican que el caballo puede sufrir de Paradentosis o Dientes Rotos. Cuanto más grandes sean estas bolas, más atrás se encuentra el problema.

8. – La prueba de la zanahoria: Los caballos con dientes sanos pueden masticar bien las zanahorias, aunque ya tengan una edad avanzada.

Fotografía de: domaclasicaycaballo.blogspot.com

9. – Para identificar un dolor dental montado a caballo, tenemos que observar: si el caballo no se posiciona bien, no coloca bien la nuca, se apoya en el bocado o parece estar de mal humor.

10. – Una embocadura bien ajustada, no puede golpear la dentadura, ni el caballo puede agarrarla tan fuerte como para eludir la mano del jinete. Por ello es tan importante seleccionar una embocadura correcta para nuestro animal, de ella dependerá tanto la comodidad del caballo como nuestra propia seguridad.

Esperamos que os haya sido de ayuda y volveremos con más, en próximas publicaciones amigos!!

Fuente: Revista Caballo Sano